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La Biblioteca Nacional celebró sus doscientos años presentando sello y moneda conmemorativa de su creación
Con la sala Julio Castro atestada y una sencilla pero contundente y por momentos emotiva ceremonia, la Biblioteca Nacional celebró el bicentenario de su creación, ligada íntimamente a la génesis de la nación desde que José Artigas desde el campamento de Purificación impulsó como santo y seña de su ejército “Sean los orientales tan ilustrados como valientes”.
Aquel santo y seña postularía la identidad uruguaya a partir de la propuesta realizada por Dámaso Antonio Larrañaga al jefe de los orientales para crear la primera biblioteca en el país y un año más tarde se recibieron las primeras donaciones que permitieron su puesta en funcionamiento.
Ahora se apuesta a digitalizar las colecciones de fotografías, afiches, mapas, postales y distintos materiales que forman parte del acervo, además de ingresar a las bases de datos el catálogo, fundamentalmente de 180.000 obras de autores nacionales (de las que restan 25.000), para poder ponerlo en línea y poder acceder a él de manera remota sin la necesidad de ir hasta los clásicos ficheros de la Biblioteca.
La ceremonia de conmemoración fue la apertura de un festejo que más tarde seguiría con la concentración en la explanada de la Biblioteca para marchar por 18 de Julio hasta la intendencia municipal, donde se ubica la feria del libro Infantil y Juvenil, en el marco del aporte de la Cámara Uruguaya del Libro a través del proyecto Cuento Contigo.
Sobre las cinco y media, la Academia Nacional de Letras entrega los premios del Día de Libro y un poco más tarde, un espectáculo musical con Maia Castro, Martín Buscaglia y la Ventolera culminan los festejos del día, aunque en realidad, como destacó la directora de la Biblioteca, Esther Pailós, los festejos se iniciaron el 25 de agosto de 2015, con las celebraciones del Bicentenario.
De Mattos y Fierro
Pailós agradeció la presencia de autoridades del MEC, del Banco Central y del Correo, además del cuerpo diplomático acreditado en el país, parlamentarios y directores municipales de cultura de varios departamentos, se extendió en el elogio a los funcionarios y resaltó el papel cumplido por los directores anteriores, centrando su homenaje en dos figuras recientemente desaparecidas que estuvieron en su cargo : Tomás De Mattos y Enrique Fierro, ambos fallecidos en estos días.
“Si la biblioteca no tuviera la dedicación incansable de sus funcionarios, algunos de ellos con cuarenta años de trabajo aquí, sería solamente un depósito de libros”, dijo antes de anunciar ciclos de gran interés para el público como “Los tesoros de la biblioteca”, una exhibición de un rico acervo que pocos uruguayos conocen.
Sergio Mautone, director de Cultura del MEC, advirtió que “200 años es mucho en cualquier instancia” por lo que cabe rescatar el aporte de mucha gente a lo largo de la historia, resaltó igualmente la coincidencia de la fundación con la institucionalidad nacional, que “acuñó una manera de ser uruguaya”.
Se refirió el jerarca al Plan Nacional de Cultura, con el que se sigue avanzando a pesar de las dificultades, mencionando la ley de bibliotecas que ha recorrido un largo camino, el Instituto del Libro, “que hay que recuperar”, una ley de museos, esto es, “ordenar el variopinto mapa cultural porque a veces la cultura es irreverente, atropellada”.
Finalizó recordando que la Carta Cultural Iberoamericana que ratifica las grandes líneas de la Convención para la Diversidad de las Expresiones Culturales de UNESCO fue firmada aquí mismo y elogió el papel que cumplen, tanto Pailós como la primera directora de la Biblioteca Nacional como la propia ministra, la directora de Educación y muchas otras mujeres de la administración, “señal que estamos avanzando en políticas de género”.
Tan ilustrados como valientes
A continuación se procedió a la presentación de la moneda conmemorativa acuñada por el Banco Central, de plata 900, de 37 milímetros de diámetro y 25 gramos de peso, con Dámaso Antonio Larrañaga en el anverso y la imagen de la Biblioteca en el reverso, además de la sentencia artiguista “Sean los orientales tan ilustrados como valientes”.
El presidente del Banco Central, Mario Bergara, se refirió a la tecnología con que fue confeccionada la moneda de la que “por el momento solo tenemos unos pocos ejemplares que ya hicimos llegar a la Biblioteca y el grueso de la edición está en camino”.
La directora del Correo, Solange Moreira, contó su personal vivencia como estudiante de Rivera cuando llegaba “a esta casa, que se convirtió en mi hogar gracias al apoyo enorme de los funcionarios hacia estudiantes como yo, que no podíamos conseguir los materiales necesarios y me quedaba aquí leyendo hasta las nueve y media de la noche”.
Resaltó el papel inclusivo de la Biblioteca y la consumación del rol histórico que Artigas pensó para ella con la idea de que “los más infelices sean los más privilegiados”, antes que se descubriera la gigantografía del sello y procedieran a dejar su marca sobre el sobre del nuevo sello las autoridades presentes.
La ministra María Julia Muñoz cerró el acto destacando el papel de la biblioteca como generadora de valores ya que “desde el libro, desde el conocimiento del pensamiento de otros, de su circunstancia, de sus vivencias, de la situación en que vivieron, el mundo se vuelve más inclusivo y más tolerante”.
Agradeció igualmente el papel institucional del Correo y del Banco Central como instituciones que siempre están presentes en actividades importantes para el país y a los funcionarios, a los que pidió “diálogo y paciencia para resolver las dificultades” ya que “apostamos al desarrollo, al crecimiento pero el tiempo es necesario para dialogar cuando aparecen obstáculos”.
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