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El Museo de Arte Moderno de Nueva York presenta la muestra The Arcadian Modern con obras del artista uruguayo
El Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA, por sus siglas en inglés) presenta la primera retrospectiva comprehensiva de Joaquín Torres-García: The Arcadian Modern, dedicada al artista en los Estados Unidos en los últimos 45 años.
La muestra que fue inaugurada el 25 de octubre continuará abierta al público hasta el 15 de febrero. Abarca la primera mitad del siglo XX, repasando los extraordinarios logros del artista uruguayo Joaquín Torres-García (1874-1949) en la pintura, la escultura, el fresco, el dibujo y el collage, a través de 190 obras.
La exhibición es organizada por Luis Pérez-Oramas, el curador Estrellita Brodsky de arte latinoamericano, con Karen Grimson, asistente de curaduría del departamento de dibujos y grabados del MoMA.
The Arcadian Modern
La muestra de Joaquín Torres-García hace hincapié en la individualidad radical de un artista que elude clasificación. Una figura central en la historia del modernismo en la Américas y un protagonista clave en los intercambios culturales trasatlánticos que lo han informado.
Torres-García ha fascinado a generaciones de artistas en ambos lados del Atlántico pero especialmente en las Américas, incluyendo a importantes artistas norteamericanos, desde Barnett Newman hasta Louise Bourgeois, y a incontables artistas latinoamericanos.
A medida que asimilaba y transformaba las invenciones formales del arte moderno, Torres-García se mantuvo fiel a una visión del tiempo como una colisión de distintos períodos, en vez de una progresión lineal –una distinción que es particularmente relevante al arte contemporáneo.
La exhibición se estructura cronológicamente en una serie de capítulos importantes abarcando la obra completa del artista, desde sus primeras obras en Barcelona a finales del siglo XIX hasta sus últimas obras realizadas en Montevideo en 1949.
Destacan dos momentos claves: la época de 1923 a 1933, cuando Torres-García participó en varios de los primeros movimientos modernos de vanguardia europeos, a la vez que estableció su característico estilo pictográfico-constructivista; y de 1935 a 1943, cuando, habiendo regresado a Uruguay, produjo uno de los repertorios más contundentes de abstracción sintética.