El ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich, presentó, en el Consejo de Ministros del lunes 13 de agosto de 2012, un informe acerca de la situación del sector audiovisual en Uruguay. El documento destaca las cifras que indican el crecimiento del sector, su relevancia económica, social y cultural, la función que desempeñó el Estado y algunas prioridades para los próximos años.

El documento, titulado “Hacia un sistema nacional audiovisual”, elaborado por el grupo interinstitucional Audiovisual Uruguay, señala que entre 2008 y 2011 hubo un promedio anual de 10 estrenos cinematográficos de producción nacional. En 2008, el cine nacional convocó a 115.000 espectadores, mientras que en 2011 el número ascendió a 1.500.000 (incluyendo salas comerciales, circuito itinerante y televisión). En ese mismo período, el valor bruto de producción pasó de 170 millones de dólares a más de 360 millones.

De acuerdo con el documento, presentado por el ministro Ehrlich, en 2011 se registraron 4.000 estudiantes en cursos de cine y comunicación en los ámbitos profesional, técnico y artístico, tanto en instituciones públicas como privadas. Entre 2008 y 2011 los puestos de trabajo directo en el sector pasaron de 4.000 a más de 6.000; en su mayoría cubiertos por jóvenes y con mejor remuneración que en otros rubros del sector Servicios.

Hasta 2011, los proyectos apoyados por el Fondo de Fomento Cinematográfico, del Instituto de Cine y el Audiovisual del Uruguay (ICAU), fueron más de 270 y el Registro Público del Sector Cinematográfico y Audiovisual contabiliza a la fecha más de 1.400 empresas, profesionales e instituciones inscriptos.

Las cifras expresan un proceso de expansión –en cantidad y calidad– del sector, al que el informe califica “crecimiento explosivo”. Si bien el informe refiere a la historia del cine y el audiovisual uruguayos desde sus comienzos, a fines del siglo XIX, menciona antecedentes inmediatos desde la década de 1990 en adelante.

En este sentido, pone énfasis en los efectos del decreto IVA 0 para cine y televisión, de 2006; de la ley de cine y audiovisual y de la creación del ICAU, ambos en 2008; de la creación del Cluster audiovisual, en 2009, y de la creación de la mesa estratégica del sector y la interpretación que reglamenta el decreto IVA 0, ambos de 2010.

El informe constata dos vertientes que culminan con la consolidación del sector: un proceso acumulativo de producción creativa, desde la década de los 90, y el creciente compromiso del Estado, que desde la “ausencia total” generó un repertorio de herramientas inicialmente dispersas y luego unidas en torno a dos acciones concretas: la Ley de cine y audiovisual, y el Plan de Refuerzo a la Competitividad.

El documento destaca que “en los últimos 5 años la inversión pública en el sector se haya multiplicado” y que se hayan afianzado las redes asociativas privadas, dos factores decisivos para el crecimiento del sector.

También del decreto IVA 0, se mencionan la importancia de la exoneración del IVA a la enajenación de obras cinematográficas, las políticas de coordinación con empresas públicas y gobiernos departamentales y un fluido intercambio regional e internacional.

“Hemos llegado a un punto de inflexión”, establece el informe en referencia a los desafíos de la nueva agenda audiovisual, que debe atender el advenimiento de la digitalización; el papel de la televisión pública en la democratización y promoción de ciudadanía; el desarrollo de infraestructura y servicios; de los incentivos del sector (como la ley de inversiones y un tratamiento impositivo optimizado); la internacionalización; entre otras.

Según el documento, estos son factores decisivos para definir un plan de trabajo y potenciar el sector, “encaminándolo hacia un sistema nacional de audiovisual integrado”.

 

Viernes 11 de Diciembre de 2015
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